El estadounidense Michael Phelps
se convirtió en el mayor ganador de medallas en la historia de los
Juegos Olímpicos al conquistar la presea 19 en la competencia de relevos
4 x200 libres en Londres 2012.
El ”Tiburón de Baltimore”, de 27 años,
sumó su decimoquinto oro olímpico, el primero en Londres-2012, con el
triunfo estadounidense sobre Francia (plata) y China (bronce), apenas
minutos después de que lograra su decimoctava medalla con la plata de
200 metros mariposa.
“Eres una leyenda”
“Ya eres una leyenda total”, le dijeron
por el altoparlante del Centro Acuático después de la victoria del
relevo estadounidense. El estadounidense todavía tiene tres pruebas más
por delante para seguir agrandando su leyenda.
“Le agradecí a los muchachos por ayudarme
a conseguir esto”, declaró Phelps. “Les dije que me diesen una buena
ventaja y me la dieron. Sólo quería conservarla”.
Estados Unidos cronometró 6:59.70 y le
sacó más de dos segundos a Francia, que se quedó con la plata en
7:02.77. El bronce fue para China con 7:06.30.
En la premiación, Phelps, que media hora
antes se había visto claramente irritado por su falla al final de los
200 combinados, tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Su historia
Phelps, con sus 19 preseas, no sólo
superó a otro gran deportista, la ex gimnasta soviética Larisa Latynina
con 18, sino que además su leyenda perdurará por siempre y será fuente
de decenas de generaciones que quieran involucrarse en la natación.
Pese a encontrar el éxito a muy temprana
edad, su juventud no fue sencilla debido al divorcio de sus padres. Esto
empeoró su hiperactividad. Era un niño demasiado inquieto que se sentía
desamparado.
Sus hermanas, que fueron también nadadoras, jugaron un papel fundamental en su desarrollo deportivo y personal.
Ellas, sin la misma suerte que la de él, no lograron clasificarse a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
Esto al incipiente niño de 11 años le
dejó una fuerte lección porque ahí les prometió a sus hermanas que
triunfaría y que todas sus victorias estarían dedicadas a ellas.
El ‘Tiburón de Baltimore’ cumplió
su palabra. Se destacó muy pronto en los campeonatos nacionales y a la
edad de 15 años clasificó a Sydney 2000. Su carrera fue en ascenso y la
cima la alcanzó pronto en Atenas 2004 al conquistar seis oros y dos
bronces. Nada mal para un chico de 19 años que aún tenía mucho que
mejorar.
En Beijing 2008 explotó al máximo
sus cualidades tras rebasar la marca histórica de otro grande de las
piscinas: Mark Spitz. Phelps conquistó ocho oros y dejó atrás el récord
de Mark de siete metales dorados que obtuvo en Munich 1972.
Pero como todo gran atleta, la polémica
no le ha sido ajena. Su conducta ha sido cuestionada duramente a
consecuencia de diversos actos de los que fue protagonista.
La fama y el éxito pudieron haberlo
afectado, pero siempre ha encontrado en su familia el apoyo necesario
para retornar al buen camino. En 2004 después de los Olímpicos de
Atenas, Phelps fue arrestado por conducir bajo la influencia del
alcohol.
Se declaró culpable y fue sentenciado a
servir 18 meses de libertad condicional, a pagar una multa de 250
dólares y a dar charlas a jóvenes de colegios de secundaria sobre la
conducción y la bebida.
Otro incidente que marcó su vida personal
fue el famoso episodio, tras la publicación de fotos en las que
aparecía utilizando pipa de agua, aparato usando para fumar marihuana.
Todo esto, a decir del propio atleta,
hizo que abriera los ojos y se acercarse más a su familia, de la que
estuvo alejado por los entrenamientos y los contratos publicitarios.
Con una meta específica, la de nadar
ahora por divertirse, Phelps se define como un ser normal con defectos y
virtudes, sin la intención de lastimar a nadie y con el objetivo de
cumplirle la promesa que alguna vez le hizo a su familia.
La natación ha sido un refugio para
tratar de resolver sus problemas personales, y ahora, con el récord de
ser el deportista más ganador de todos los tiempos, se ha cerrado un
ciclo legendario.
Phelps puede marcharse tranquilo a
Baltimore y decirle a sus hermanas que cumplió la promesa que alguna
vez les hizo de llegar a las olimpiadas. El mejor atleta de la historia
es un hombre de palabra.
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