viernes, 3 de agosto de 2012

Basket: El Dream Team del siglo XXI bate todos los récords ante Nigeria




Todo el mundo esperaba que la selección americana de baloncesto fuera uno de los mejores atractivos de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Y los hombres de Kryzewski sólo han tardado tres partidos en ofrecer un espectáculo sublimo, histórico, incomparable. Vencieron y barrieron a Nigeria por un contundente 156-73, estableciendo nuevas marcas anotadoras y dejando claro que son el Dream Team del siglo XXI.

Cualquier calificativo se queda corto para describir la obra de arte baloncestística que unos miles de privilegiados pudieron ver en directo y varios millones más por televisión. Los 156 puntos que anotaron los americanos ante Nigeria es un nuevo récord en los Juegos Olímpicos, dejando atrás los 132 que anotó Brasil hace ya treinta años y los 127 del Dream Team de Barcelona '92. Como curiosidad quedará el hecho de que anotaron 78 puntos en cada parte.

En un partido roto desde el principio, poco sentido tiene hablar de táctica, jugadas, zonas o presiones. La explicación de este partido se obtiene mirando los números y deslumbrándose con ellos. Sólo la excelencia de estos jugadores cuando están entonados puede hacernos entender y comprender que es posible hacer lo que ellos hicieron sobre una pista de baloncesto.

Partido de récords

Si por algo pasará a la historia este partido, será por la cantidad de récords que se han superado. Además del de mayor anotación, los americanos han establecido una nueva marca de triples encestados: 29. Y sólo necesitaron 46 tiros desde más allá de la línea para convertirlos, una auténtica proeza. Curioso que anotasen sólo un tiro más de dos puntos (30), que desde más allá del triple.

Igualmente, los cuarenta y nueve puntos del primer cuarto son también una nueva mejor marca en ese primer periodo, al igual que los 78 anotados durante la primera parte. Estados Unidos acabó con un 81% de acierto en tiros de dos y con un 63% en triples, marcas estratosféricas, inalcanzables para cualquier otro equipo. Lo mejor de todo es que en un partido tan alocado, a los americanos nunca les pudo el ego y tuvieron la humildad de regalarle siempre el balón al compañero mejor desmarcado. Gracias a ello, acabaron con 41 asistencias, igualando el récord en un partido olímpico que tenía la propia selección de USA ante China en los Juegos de Atlanta '96.

Pero además de lograr marcas increíbles como equipo, también lograron alguna en el plano individual. Y es que como líder total y absoluto del equipo apareció un Carmelo Anthony que ascendió en una sola noche hasta el Olimpo de mejores atletas olímpicos de la historia. A su lado, los Bryant, James, Love, Westrbook, pletóricos también, quedaron deslubrados por la capacidad anotador del neoyorkino.

Carmelo Anthony

El jugador de los New York Knicks fue, sin duda, el hombre del partido. Anotó 37 puntos en tan sólo catorce minutos. De ellos, treinta fueron gracias a diez triples, marca que le sitúa al frente de la clasificación de más triples anotados en un partido olímpico junto a Oscar Schimdt y Karl Tilleman. Poco más hay que decir de su partido.

Al lado de Anthony jugaron once jugadores que tuvieron, sin duda alguna, su mejor noche sobre el parqué. Daba igual quien tirara a canasta porque el balón, en la mayoría de los casos, acababa dentro. Con razón en los minutos finales la gente estaba más ansiosa por seguir viendo canastas que los propios jugadores y acabaron animándoles y silbándoles para que tiraran más y más a canasta.
Sobra decir que, además de por el acierto, los americanos ofrecieron espectáculo del bueno por la variedad, la originalidad y la fuerza de sus acciones. Durante los cuarenta minutos se pudo ver sobre la cancha todo el repertorio de algunos de los mejores matadores de la NBA. La mayoría dejaron estampas que serán portada en todo el mundo los próximos días. Los alley-oops, los mates y los contrataques se convertieron en el mejor recurso ofensivo cuando no había opción de tirar un triple.

Esta clase magistral de baloncesto sólo es una más de la que parece que ha venido a dar a Londres este nuevo Dream Team del Siglo XXI. Sin duda don un equipo de ensueño y, sin duda, hacen las delicias de todos aquellos que les ven jugar. Quizá no defiendan tan bien como aquel equipo de Barcelona y puede que no tengan ese alma creativa, ese aúra de unicidad que sobrevolaba un equipo como aquel nacido para agradar; pero está claro que con su físico, su acierto y su calidad individual y grupal están llamados a convertirse en nuevos 'Hall Of Fame' de los Juegos Olímpicos.

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